Modelos
y Enfoques de Enseñanza: una perspectiva integradora
Se propuso una
definición genérica de “enseñanza”.
En ella se afirmaba que la enseñanza consiste en procesos que permiten que varios sepan lo que al
principio sabe solo uno de los participantes de la relación. Esta
afirmación incluye alguna idea de “circulación”, “traspaso” u “obtención” pero
no dice nada acerca de cómo debe desarrollarse ni de qué características debe
tener. De un modo muy estipulativo se pueden denominar “modelos de enseñanza” o “enfoques de enseñanza”
a intentos sistemáticos
por ofrecer una respuesta general acerca de cómo debería realizarse ese
proceso.
Ahora bien, ¿cuáles son los rasgos esenciales de
una buena propuesta de enseñanza?
Un enfoque de
enseñanza implica algún tipo de generalización, marca una tendencia. Indica (o manda, según sea el
caso) una dirección para la enseñanza. Estos modelos tienen un importante
componente valorativo.
Aquí se considerará
que cada enfoque o que cada
modelo es una alternativa que responde a distintos tipos de problemas.
Por eso, se propondrán algunos principios para la integración de modelos y de
enfoques.
Rasgos generales de los enfoques de enseñanza
Todo enfoque o modelo
de enseñanza puede ser analizado en base a cuatro rasgos:
1. Cualquier
enfoque o modelo de enseñanza sostiene alguna idea acerca del modo de aprender
y, por tanto, enfatiza una forma principal de enseñanza.
2. El
segundo rasgo es que todo enfoque de enseñanza mantiene algún supuesto en torno
a cómo se relacionan la enseñanza y el aprendizaje.
3. Como
tercer rasgo, relacionado con el anterior, se puede señalar que cada enfoque
otorga un cierto valor a la responsabilidad que tienen que asumir la enseñanza
y el que enseña.
4. El
peso relativo que en el enfoque se da a lo que podemos llamar la planificación
o la interacción.
El aprendizaje desde el punto de vista general del que
enseña
El primero de los
rasgos que, según se propuso, caracterizan un ambiente de enseñanza consiste en
algún supuesto en torno a las formas privilegiadas para aprender.
Puede haber alguna
coincidencia en que, con independencia de las innumerables formas que asuman, hay tres vías principales para
aprender (según Perkins):
1. Instrucción didáctica:
se aprende de una manera directa, por recepción
2. Entrenamiento:
por la ejecución de actividades guiadas por un instructor o por la propia
exploración; los estudiantes aprenden por imitación
3. Enseñanza Socrática:
el descubrimiento personal; se considera a los aprendices pensadores; se hace
mediante el dialogo; es un modelo basado en los problemas, los enigmas y las
preguntas instigadoras.
El aprendizaje desde la perspectiva de los alumnos
Gary Fenstermacher
(1989) propone que la enseñanza interviene sobre el aprendizaje si es capaz de operar,
actuar, influir sobre aquello que el estudiante hace. En ese caso el secreto del aprendizaje no
hay que buscarlo en la enseñanza sino en la actividad del propio estudiante,
en aquello que él es capaz de hacer y en cómo procesa el material de enseñanza
por él mismo.
Se han descripto dos “estilos” básicos de aprendizaje:
ü Holísticos: los alumnos
que utilizan este estilo tienden a buscar una comprensión global, relacionante,
divergente. Recurren activamente a imágenes y analogías. Procuran relacionar el
conocimiento nuevo con su propia experiencia.
ü Serialistas: los alumnos
proceden de manera analítica y secuencial. Enfocan su atención en un punto y
avanzan paso a paso. Otorgan preeminencia a la claridad y la estructuración.
Ambos estilos pueden
conducir a la comprensión si son bien utilizados. Pero lo interesante de estas
investigaciones es que constataron que cada estilo funciona de manera diferente
ante distintas formas de instrucción: cada estilo funciona mejor con propuestas
de enseñanza que utilizan principios similares. Por ejemplo, los alumnos que
recurren a estilos serialistas logran mejores resultados con secuencias de
enseñanza paso a paso. Incluso alumnos de “mejor rendimiento” son aventajados
por otros de “menor rendimiento” cuando la propuesta de enseñanza recurre a
habilidades que no son propias de su estilo preponderante. En términos de
ambientes de enseñanza la conclusión parece muy sencilla: un ambiente de enseñanza no se
adecua por igual a todos los alumnos.
Enfoques de Enseñanza. Tres enfoques básicos
Un enfoque no es, en sentido
estricto una manera concreta de enseñar. Es, más bien, una síntesis, una imagen que agrupa y describe
una tendencia a realizar las cosas de algún modo. Puede servir, también,
como un modelo a seguir.
Cuando se adopta o se
adhiere a un enfoque se
adquiere una manera de pensar en los alumnos, en la clase, en el propio rol y
en cuáles serán los propósitos fundamentales.
En un logrado intento
sistemático, Fenstermacher y Soltis (1999), describen lo que denominan
“enfoques de enseñanza”. Un enfoque de enseñanza, si se sigue a los autores,
consiste en asumir un
conjunto de valores sobre qué significa educar y qué significa que los alumnos
sean, después del proceso, personas educadas. Según Fenstermacher y
Soltis la tarea que debe enfrentar todo docente es llegar a ciertas conclusiones
sobre la naturaleza y los objetivos de ser una persona educada, y sobre el
lugar que ocupa la escolaridad en el proceso de alcanzar esta condición.
La idea de persona educada es, por supuesto, una idea
relativa. Cambia con las culturas. En sociedades multiculturales
es relativa a construcciones de grupos, sectores, comunidades o corrientes.
Algunas perspectivas enfatizan que los alumnos aprendan o sepan algo. El principal
objetivo es que los alumnos sepan tales cosas, tengan tales habilidades o sean
capaces de utilizar determinados procedimientos.
Una persona educada es la que domina el contenido del curriculum:
conoce estas informaciones y teorías, es capaz de aplicar estos u otros métodos
y desarrolló cierto tipo de habilidades especificadas que el plan de estudio
pueda proponer. Otros profesores no se conforman con pensar que su tarea está centrada
en que, al finalizar el curso, sus alumnos sepan algo o sean capaces de hacer
algo. Algunos profesores quieren que sus alumnos se conviertan en algo, que se
desarrollen de una manera, que puedan expresarse o que adquieran una
personalidad, por ejemplo, más autónoma.
Fenstermacher y
Soltis (1999) describen tres diferentes respuestas a las preguntas: ¿qué es ser
una persona educada? ¿cuál es el rol del profesor? Cada respuesta posible se
identifica con un enfoque: el
enfoque del ejecutivo, el del terapeuta y el del liberador. Está claro
que el enfoque es una perspectiva que el profesor asume. No es que el profesor
sea liberador. Es como él ve su tarea: liberar las mentes. Ni que el profesor
sea un terapeuta. Esta es una metáfora que usan los autores para referirse a
una persona que ayuda al desarrollo del otro. El ejecutivo es una imagen
relacionada con la gestión de recursos y medios para adecuarse de la mejor
manera a los objetivos y ser eficaz en su consecución. Es necesario enfatizar
que se están usando metáforas. Es necesario reconocer la metáfora y alejarse un
poco de ella.
La enseñanza no es
“ejecutiva”, “terapéutica” o “liberadora”. Es la imagen con la cual se denomina
al enfoque. Estos enfoques, que fueron pensados como forma de orientar un curso
de formación docente, merecen una atención detenida. Sólo a modo de dejarlos
mencionados, se hace una brevísima síntesis de cada uno.
Las clases escolares no son modelos,son configuraciones
cambiantes. O, a favor de la integración de modelos y de enfoques.
En los apartados
anteriores se describieron algunos
rasgos que es necesario tener en cuenta al analizar un modelo o un
enfoque de enseñanza. Eran cuatro:
ü idea acerca de cómo
funciona la mente o acerca de las formas privilegiadas de aprender
ü algún
supuesto en torno a
la relación entre enseñanza y aprendizaje
ü la
responsabilidad que
asumen la enseñanza y el profesor –hay enfoques de responsabilidad total y
otros de responsabilidad limitada– y por el peso relativo que tienen la
planificación o lainteracción en la enseñanza –hay enfoques más planificadores
y hay enfoques más interactivos–.
ü el
rasgo principal de
una clase escolar es que constituye un ambiente para el aprendizaje.
¿Qué diferencia un ambiente de otro?
ü Un ambiente se diferencia de otros por
los propósitos. Todo ambiente tiene un propósito
principal y otros secundarios. Una clase expositiva probablemente sea apta para
que se reciba y organice cierto tipo de información y se obtenga una estructura
de categorías. Parece adecuada si el propósito principal es que circule
información sistematizada. Quizá no lo sería si el propósito principal fuera que
los alumnos adquieran la capacidad para analizar enfoques didácticos, dado que
para aprender a analizar hay que hacerlo.
ü Un ambiente se caracteriza por su
enmarcamiento, o por la forma del control. En todo ambiente de
enseñanza rige algún tipo de control: algunos derechos y deberes, un sistema de
interacciones. Básicamente,
el enmarcamiento rige la estructura de la comunicación en la situación de
trabajo.
ü Todo
ambiente de enseñanza se caracteriza por una secuencia de tareas y por un tipo de organización del
conocimiento.
ü Todo ambiente de enseñanza supone
ciertos requisitos y ciertas exigencias.Por ejemplo, los
ambientes de enseñanza generados por modelos basados en la interacción, sonmuy
exigentes para el profesor y requieren mucha disponibilidad.
Se expusieron ciertos rasgos para describir un
enfoque, pero ahora ya es posible plantear algunos principios propositivos:
ü El
primero es que un ambiente
de enseñanza se define por sus propósitos y ningún ambiente cumple todos los
propósitos. No hay ningún ambiente que sirva para desarrollar cualquier
propósito formativo.
ü En
segundo lugar, algunos
ambientes son más favorables para algunos alumnos que para otros.
ü El
tercer principio es que algunos
ambientes son más favorables para algunos profesores. No cualquier profesor
se siente a gusto en cualquier ambiente. Una pregunta que se hace Rogers
(1991), después de argumentar entusiastamente a favor de las clases no directivas,
es: ¿yo puedo hacer esto en mi aula?, ¿soy capaz de ceder el control de la
clase a mis alumnos?, ¿podré soportar la incertidumbre?
ü El
cuarto principio dice que la
creación de un ambiente supone requisitos. Es inútil tratar de
instalarlo si no se cuenta con los requisitos. Una pregunta esencial cuando se
elige un enfoque de enseñanza debería ser: ¿tengo los medios para desarrollarlo?
ü El
último principio plantea que la
elección de un ambiente o de un enfoque de enseñanza no depende de ningún valor
intrínseco. Depende de la combinación de los rasgos mencionados: ¿qué
propósito tengo en mente?, ¿el tipo de tarea es adecuado para mis alumnos?, ¿es
adecuado para mí como profesor?,¿cuento con todos los requisitos o soy capaz de
cumplir con todas las exigencias?